Ecuador, en modo elecciones
El Consejo Nacional Electoral del Ecuador (CNE) aprobó el calendario para los comicios de 2023. Así, oficialmente, el país se pone en modo elecciones. Todas las decisiones que los actores políticos adopten en adelante incidirán directa o indirectamente en la contienda.
Eso pone en una encrucijada a las diferentes fuerzas políticas, principalmente a CREO y UNES, que en las últimas elecciones lograron mayor apoyo. Tanto el Gobierno, como el correísmo, necesitan ampliar su poder para evitar que sus proyectos se diluyan.
En febrero de 2023 se elegirán más de 11.000 autoridades seccionales, entre alcaldes, prefectos, viceprefectos y juntas parroquiales. Además, los 7 integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Quien logre más escaños tendrá una ventaja estratégica.
La oposición lidia con dos limitantes. Su principal patrimonio electoral, Rafael Correa, está en Bélgica, prófugo y ausente de la dinámica política real. El segundo limitante es que su bastión político es la Asamblea Nacional, desde donde es muy complicado despertar sinergias con el electorado.
Por eso, al correísmo lo que queda es capitalizar los errores que pueda cometer el Gobierno para tratar de posicionar un “pasado mejor”. No dudará en provocar el caos y, además, enfilar contra los cuadros del Gabinete del Gobierno que mejores resultados hayan dado, con juicios políticos.

Guillemo Lasso, presidente del Ecuador y Rafael Correa, expresidente.
El oficialismo, en cambio, tiene la estructura del Ejecutivo a su favor. Es decir, los recursos y las herramientas para cumplir con las ofertas de campaña y demostrar que fue la mejor elección.
Además, para los comicios del 2023 el peso del electorado joven será determinante. Este sector poblacional no vivió el antes y el después del primer periodo de la denominada Revolución Ciudadana, que ha sido calificado como positivo por las obras que hubo, principalmente en material vial.
Tampoco siente como suyo el Feriado Bancario, que ha sido una sombra para CREO. Esta vez, los jóvenes -que además son más digitalizados- elegirán no en función de su memoria histórica, sino de su presente inmediato.
Los cambios en las reglas electorales también influirán en los comicios y esto afectará a las dos fuerzas políticas. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, habrá 38 debates de candidatos a las alcaldías y prefecturas.
A esto hay que sumar dos temas que definen el ambiente social, político y económico: la inseguridad y el desempleo. En la medida en que no se dé solución a estos problemas, todo el sistema político se verá afectado.
En este contexto, la fuerza política que sobrevivirá a las elecciones del 2023 será la que tenga el músculo para reconocer los errores, leer bien los escenarios y definir una estrategia a corto, mediano y largo plazo que permita recuperar la fe pública.
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