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Elecciones y crimen organizado

¿Cuál es la responsabilidad de un Gobierno frente al crimen organizado? Lo lógico sería pensar que combatirlo, por sus graves efectos: descomposición social, escalada de violencia, vulneración de los derechos humanos, amenaza a la vida de las personas...


Sin embargo, la historia reciente da cuenta de que los gobiernos también han jugado el papel de protectores de las mafias. Unos motivados por intereses económicos y, otros, por chantaje o miedo.


En el denominado juicio del siglo, del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, se recabaron varios indicios de que los expresidentes de México: Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña recibieron sobornos del cartel de Sinaloa, a cambio de blindar sus operaciones.


Apenas el año pasado, la justicia de Estados Unidos levantó cargos por narcotráfico en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien es señalado por su relación con el cartel de las FARC.



El propio expresidente de Colombia, Ernesto Samper, reconoció públicamente que su campaña electoral, en 1994, se benefició de grandes sumas de dinero que llegaron del narcotráfico.


En Ecuador, uno de los candidatos a la Presidencia de la República, Andrés Arauz, es señalado por supuestamente financiar parte de su campaña con dinero del cartel del ELN, de Colombia. Las investigaciones siguen su curso.


El crimen organizado financia las campañas electorales. Luego, mantiene el flujo de entrega de recursos con quienes llegan al poder y, adicionalmente, garantizan la ‘paz’ en las zonas de su influencia: cárceles, fronteras y sectores usados para las actividades del narcotráfico.


A cambio, el poder pone a su disposición las instituciones del Estado. Hace las veces de árbitro y contribuye en la guerra contra las mafias rivales, cuyos golpes son capitalizados como el fruto del ‘trabajo comprometido’ de los gobiernos contra el crimen organizado.


Es una relación de simbiosis entre el poder político y el crimen organizado que será difícil romper si insistimos en votar por quienes, en lugar de combatir al crimen, lo usan a su favor. (O) También pueden leer: Electores no devotos Boa constrictor

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