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La importancia de la gobernabilidad interna

El arranque del 2022 en Ecuador se vislumbra agitado; entre anuncios de movilizaciones sociales, bloqueos legislativos y la urgencia ciudadana de percibir seguridad y conseguir empleo. La gobernabilidad, consecuentemente, será un gran desafío para el Gobierno del presidente Guillermo Lasso.


Con frecuencia, en este tipo de situaciones, el foco de la estrategia política y comunicacional suele dirigirse casi exclusivamente a los públicos externos, olvidando la importancia que tienen los propios.


Lo cierto es que sin una estructura sólida y organizada es muy difícil que un Régimen gestione las borrascas. Por eso, una mirada crítica, casa adentro, nunca viene mal. Comenzando desde la así llamada mesa chica o círculo de confianza de un mandatario.


La lealtad y la confianza son importantes a la hora de estructurarla, pero insuficientes si alguien, en lugar de resolver conflictos, los provoca o demuestra que está poco preparado para aconsejar, tomar decisiones o representar al Presidente.



La misma lógica aplica para el Gabinete y el equipo de Gobernadores. Estos últimos cumplen una función clave. Son el puente entre las necesidades del territorio y el Ejecutivo. Su misión pragmática es adherir respaldos y administrar los conflictos locales.


Sin embargo, lo que ha sucedido históricamente es que han estado más interesados en posicionar la imagen propia, conseguir prebendas o atender sus intereses económicos, que en representar bien a un Régimen. ¡Los gobernadores no pueden ser cuotas de ningún actor político!


El partido oficialista es igualmente sustancial, en la lógica de lograr una gobernabilidad interna. Es la organización encargada de difundir, explicar y aterrizar con la ciudadanía -y los diferentes actores- las decisiones y acciones que se toman desde el Ejecutivo.


Es el espacio desde donde se construye la confianza y la credibilidad. El que permite ampliar la estructura de apoyo con un trabajo de base y la formación de los nuevos líderes políticos y gestores de la opinión pública.


De la atención que se dé a la organización interna dependerá lo que ocurra en los primeros meses de 2022. No será lo mismo maniobrar con un equipo alineado, orgánico y convencido, que con una multitud endeble dispuesta a dejar el barco cuando el mal tiempo apremie.


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