17 de octubre de 2019
Sí. La última paralización que soportó Ecuador dejó claro que el movimiento indígena no ha dejado de ser un actor social y que tampoco ha mermado su capacidad de movilización, como se creía en la mayor parte de círculos políticos.
Pero la paralización también puso en la vitrina a otro actor social que podría dar una sorpresa igual o mayor a la que generó el movimiento indígena, si se insiste en desconocerlo o minimizarlo: los #SinTrabajo
Sí. Los profesionales que invirtieron recursos y tiempo para lograr un título de pregrado o postgrado y no encuentran un sitio de trabajo para aplicar sus conocimientos. Los jóvenes que por falta de recursos no alcanzaron a ingresar a un centro de estudios superiores y necesitan generar recursos para ayudar en casa. Los exempleados públicos que están pagando sus hipotecas y tuvieron que engrosar las filas de UBER para tratar de cubrir su déficit o simplemente siguen apelando a su red de contactos con la esperanza de conseguir un nuevo lugar para laborar.
A diferencia de lo que ocurría en Ecuador en las décadas de 1980 o 1990, cuando el obrero, el trabajador, era el sujeto social preponderante en las movilizaciones, en nuestra época ese lugar comienza a ser ocupado por los #SinTrabajo
Solamente en septiembre de 2019 se registraron 406 871 personas sin empleo en el Ecuador. Eso es 74 053 más que en el mismo mes, pero del año pasado. El 28% de los desempleados en ese tiempo tenía título de educación superior y la cifra tiene una tendencia al alza.
¿Saben en qué ciudades se concentra la mayor cantidad de desempleo? Sí, en Quito y Guayaquil, dónde la última paralización tuvo tintes más violentos y donde hubo un mayor número de manifestantes lidiando con la frustración, el odio, la indignación de no saber cómo conseguir dinero para pagar sus deudas y llevar comida a casa.
Si bien el Gobierno ha reconocido el papel del movimiento indígena y está estableciendo medidas económicas de compensación para ellos, sería un error no dirigir la mirada a este otro actor social en ebullición. Los #SinTrabajo tendrán un peso cada vez mayor en las futuras coyunturas políticas, económicas y sociales.
Sí, es verdad que aún están desarticulados, que no tienen un referente organizativo o líderes visibles que encausen sus necesidades, demandas o frustraciones. Pero no tardará en aparecer quién capitalice esa marejada social para irrumpir en la vida nacional, como en su momento lo hicieron los trabajadores.