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La historia del matrimonio PSC - Correísmo


Archivo EL UNIVERSO

El matrimonio político entre el Partido Social Cristiano (PSC) y el correísmo se consagró en 2006. Entonces, el candidato a la Presidencia del Ecuador, Rafael Correa, operaba alianzas con la mayor cantidad de sectores para vencer al empresario Álvaro Noboa, en la segunda vuelta electoral.


El representante de Alianza País tuvo que viajar a Guayaquil para declararse. Frente a los medios de comunicación alabó la gestión del alcalde Jaime Nebot y hasta le agradeció por las obras hechas en su ciudad natal.


La estrecha amistad entre Lenin Moreno (vicepresidenciable de Correa) y Jaime Nebot, facilitó el acercamiento y posterior respaldo. De igual forma, los vínculos con el PSC de las figuras determinantes del círculo cercano a Correa.


Su secretario Jurídico, Alexis Mera, fue asistente personal del expresidente León Febres Cordero. Sus estrategas Vinicio y Fernando Alvarado asesoraron a figuras del PSC en temas electorales y publicitarios y su padre, Humberto Alvarado, fue concejal de Quevedo por esa tienda.


Rafael Correa aseguró que había dos corrientes marcadas en el socialcristianismo. La de León Febres Cordero, que representaba a la 'partidocracia' que se debía combatir; y la de Nebot, que era el símbolo de la renovación y lo "decente" del PSC. Esa etapa de ilusión y enamoramiento duró aproximadamente un año.


A partir de 2007, la provincialización de Santa Elena y su consecuente separación de Guayas, la autonomía y la disputa por el liderazgo político en provincias como Manabí, que era electoralmente relevante para el socialcristianismo; confrontó a los caudillos.


Entonces, vino la etapa de la lucha de poder. Los resentimientos se acumularon, primaron los intereses personales y se multiplicaron las discusiones que generalmente suelen terminar en el divorcio o separación. Eso ocurrió, pero no por mucho tiempo.


En 2015, llegó la reconciliación. Correa y Nebot volvieron a estrechar sus manos en un acto público organizado por el entonces Contralor (y hoy prófugo por corrupción) Carlos Pólit.


Desde entonces, aunque no libre de conflictos, la relación ha sido funcional y pragmática. En 2019, Nebot dijo que Correa era un ”hombre importante” en la política ecuatoriana. Correa, un año después, comentó que, en un eventual escenario de sucesión del Gobierno, apoyaría a Nebot porque es un “tipo con experiencia y liderazgo”.


Sus bancadas se unieron para votar en contra de la Ley Humanitaria y de Finanzas Públicas planteadas por el presidente Lenin Moreno, en el Legislativo. Los votos correístas y socialcristianos ayudaron a que no pase al Pleno de la Asamblea Nacional el juicio político a la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, en 2020.


Y el pasado 14 de mayo de 2021 se unieron para tratar de nombrar al socialcristiano Henry Kronfle como presidente de la nueva Asamblea Nacional, pero no lo lograron. Así, debilitados y aislados en el Poder Legislativo, ambos se aprestan a celebrar este 2021 sus bodas de cristal, tras 15 años de un disfuncional, pero útil, maridaje político. También pueden leer: El verdadero poder las mesas legislativas El poder es como la caña manabita

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